Lunes, uno de Septiembre, tras un fin de semana soleado y de buen tiempo, el día se levanta gris, cambio de horario en la oficina, de mes en el calendario y de estación en el alma. Uno de esos días que se llevan malas costumbres y dudas del ayer para dejar espacio a las ideas y las esperanzas del mañana. Es un día para pensar, es un día para parar de pensar y actuar, es un día para oír sin pararse mucho a escuchar, solo disfrutar de cada sonido que nos mece hasta el siguiente segundo en una carrera interminable hacia el final de día, hacia un refugio, hacia un sofá y una manta, o una mesa y un ordenador.
Para esta pintoresca situación se me ocurren pocas canciones mejores para acompañar que Yellow days, un bolero cambiado de ritmo, una melancolía que se oye, una humedad de piedra que se siente en los huesos, un olor... uno de tantos olores que sin disfrutarlo te regresa a la mente, recorre tus recuerdos y te deja un escalofrío, una esperanza. Esto solo lo podía hacer Eddie Higgins, compositor, pianista de Jazz y orquestista, norteamericano que no dejo de regalarnos su swing y su estilo propio como solista y como acompañante, de esa manera fue comparado mil veces con artistas de la talla de Nat King Cole o Bill Evans.
Esperemos disfrutéis de nuestra primera pieza instrumental que lejos de entristecer o ralentizar el día solo pretendemos que os recuerde que seguimos caminando, que "la cabesa non para", que estamos en ello! :)
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